Propuestas de acción política

El Partido Humanista propugna el sostenimiento (o el logro, si es el caso) del régimen democrático como forma de transición de la democracia formal a la democracia real, en la que se garantice la real separación de poderes, el respeto a las minorías y la democracia directa.

Por otra parte, rechaza la violación de los derechos humanos, el empleo de la violencia como método de solución de conflictos y la concentración del poder.

Con respecto a la metodología de acción, el Humanismo se rige por la acción no-violenta.

Al mismo tiempo denuncia toda forma de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual, psicológica y moral.

Aspiramos a una nación humana universal, en la que convergerá creativamente la enorme diversidad humana de etnias, lenguas y costumbres, de localidades, regiones y autonomías, de ideas y aspiraciones, de creencias, ateísmo y religiosidad.

Coherentemente con esta aspiración, el Partido se dota de una organización federativa mundial, que le permite articular posicionamientos y campañas de amplitud internacional, manteniendo la autonomía y creatividad en los distintos niveles de acción hasta llegar a la base social, donde arraiga.

Dentro de nuestras propuestas de ámbito mundial resaltamos por su urgencia la tarea de alertar, generar conciencia en toda la humanidad y reclamar el Desarme nuclear total, el retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados, la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional, la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

El Partido Humanista denuncia la catástrofe ecológica y a sus promotores, a saber: el gran capital y la cadena de industrias y empresas destructivas, parientes próximas del complejo militar-industrial.

Señalamos a la violencia económica, especialmente la debida a la concentración del capital financiero especulador, como causa del sufrimiento de los pueblos. En ese sentido propiciamos reformas impositivas que incentiven la distribución progresiva de la riqueza y nuevos modelos cooperativos de autogestión y cogestión que den coherencia a la relación capital – trabajo, aumentando la productividad y evitando la deriva de recursos al circuito especulativo. Por otro lado, la puesta en marcha de una banca pública exenta de interés, ayudará a la consecución de estos objetivos evitando la ilegítima concentración de recursos y poder en manos de la banca actual.

Distintas formas de discriminación se imbrican con la explotación económica y adquieren carácter de violencia. El Partido destaca la violencia que se ejerce puntualmente contra las mujeres y los jóvenes, históricamente discriminados, junto a la que se ejerce sobre otros grupos humanos excluidos por razones económicas, raciales, culturales o religiosas.

Propugnamos la descentralización del poder político hasta la base social, extremando garantías de respeto a las minorías y efectivizando el principio de igualdad de derechos y oportunidades para todos.

El acceso universal a la Educación a todos los niveles y a la Salud, gratuitas y de calidad, son prioridades del Partido.

El Partido sostiene el principio de opción como expresión política concreta de la libertad y, por tanto, lucha contra toda forma de autoritarismo y monopolio económico, organizativo e ideológico.

Consideramos que toda política coherente debe asumir dos condiciones básicas:

Renovación permanente de las instituciones jurídicas y políticas, basada en la idea de superación de lo viejo por lo nuevo, y
Transparencia de los procedimientos políticos usados.