Día Mundial de la Alfabetización

 

LA ALFABETIZACIÓN ES UN DERECHO HUMANO. Corresponde a los estados garantizarlo. 

A partir del año 1967, desde la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) el 8 de septiembre se celebra anualmente el Día Internacional de la Alfabetización, con la intención de recordar a escala mundial la importancia de la alfabetización como derecho humano.

Actualmente desde la UNESCO se estima que 763 millones de jóvenes y adultos carecen de las habilidades básicas de lectura y escritura. La tasa mundial de alfabetización de los jóvenes (15-24 años) es del 91,73%, lo que significa que 102 millones de jóvenes carecen de las habilidades básicas de alfabetización.

Siguiendo con los datos aportados por los informes de este organismo, en los países de bajos y medianos ingresos, la proporción de niños de 10 años que no pueden leer y comprender un texto simple ha aumentado del 57 % en 2019 a un estimado del 70 % en 2022.

Los contextos de la pandemia de Covid 19 y el conflicto entre la Federación Rusa y la OTAN en Ucrania aparecen como factores que han influido fuertemente en este retroceso.

Este año desde ese organismo perteneciente a la ONU se ha trabajado bajo el lema “Promover la alfabetización para un mundo en transición: sentar las bases para sociedades pacíficas y sostenibles”.

Lamentablemente, las pretensiones de una educación y un aprendizaje a lo largo de la vida, y de reflexionar sobre el papel de la alfabetización en la construcción de sociedades supuestamente más inclusivas, pacíficas y justas colisiona con el despliegue creciente del desarrollo capitalista que es contrario a esas aspiraciones.

Hay una injerencia extendida a nivel internacional desde ciertos organismos como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico​) y el BM ( Banco Mundial), que buscan adaptar y  someter a la educación en todos sus niveles (incluidas las políticas de alfabetización),  a las exigencias de la economía internacional capitalista.

Las y los humanistas entendemos, que la educación es la fuente más importante y tradicional de la socialización de las personas porque contribuye a la formación de su ideología, cultura, moral, orientaciones de vida y trabajo. Dentro de este contexto es que consideramos la alfabetización como una herramienta básica indispensable. 

La adquisición de la lectura y la escritura implica el desarrollo de capacidades básicas que son instrumentos que permiten hacer valer otros derechos, como poder participar activamente en la vida social. 

Las y los humanistas proponemos que todo desarrollo de alfabetización debe atender y reconocer la diversidad cultural existente en cada lugar donde los procesos de alfabetización y educativos se aplican.

Al abordar el tema de la alfabetización, es especialmente necesario atender a las situaciones de discriminación y violencia que se aplican a los pueblos originarios.

Es necesario tener presente una de las conclusiones principales de la “Conferencia de Revisión de Medio Término” de la CONFINTEA V (Quinta Conferencia Internacional sobre Educación de Adultos), celebrada en Bangkok, Tailandia, en 2003, donde se destacó la importancia de asegurar que se tome en cuenta el punto de vista indígena en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de sistemas educativos en la perspectiva del aprendizaje a lo largo de toda la vida.    

Alfabetización y multiculturalidad van de la mano y es por eso necesario luchar por el derecho de todos los pueblos originarios y minorías étnicas al acceso a todos los niveles y formas de la educación pública, al mismo tiempo que se atiende a que esta educación debe ser lingüística y culturalmente respetuosa y adaptada a las necesidades que establecen las propias comunidades.

La mayoría de las propuestas de alfabetización o de educación básica de jóvenes y adultos toman como lengua de instrucción la lengua oficial del estado, sin reconocer ni respetar las identidades culturales y lingüísticas de los alfabetizados, atentando contra el desarrollo y fortalecimiento de las diversidades culturales.

Otras veces las propuestas existentes de los planes de alfabetización, carecen de calidad, pertinencia, relevancia y presupuestos económicos adecuados. La alfabetización en lenguas originarias ha sido habitualmente incomprendida y descuidada en un buen número de países, cuyas políticas de estado están alineadas al orden capitalista neocolonial internacional.

Para poder responder a las necesidades de aprendizaje de las poblaciones indígenas y contribuir al desarrollo de sociedades multiétnicas y pluriculturales es indispensable desarrollar enfoques multilingües y multiculturales en los sistemas educativos, convirtiéndolos en más diversos, complementarios e integrales.

Actualmente se cuenta con una vasta experiencia de programas eficaces que han logrado implementar modalidades interculturales y bilingües o multilingües en contextos de diversidad cultural y lingüística. Muchos de ellos se han desarrollado por fuera de los programas oficiales y entran dentro de lo que suele denominarse, alfabetización popular.

Las y los humanistas hemos desarrollado desde nuestro paradigma diferentes experiencias en materia educativa, incluidas las de alfabetización, llevadas principalmente a cabo por docentes que además de poner en el centro al ser humano como valor principal, hacen foco en educar en la no violencia activa, porque como solemos decir “la violencia se aprende y la no violencia también”. Estas pautas para nuestro humanismo deben estar presentes desde el inicio de los procesos educativos y alfabetizadores.

La educación, concebida como una preparación, una adecuación del educando al mundo en que vive, pretende habilitar diferentes modos de comprensión, puntos de vista, perspectivas diferentes para comprender tanto las realidades de los objetos materiales y culturales, como las de la propia interioridad. Una educación que se limita cada vez más a la transmisión de datos objetales es un factor importante de “vaciamiento” de subjetividad y de sentido de las acciones humanas. Ese tipo de educación exige profundas reformas. El problema de la educación es, sin duda, uno de los más acuciantes del mundo de hoy.

Las y los humanistas reclamamos que todos los Estados del mundo garanticen a todos sus ciudadanos sin excepción los procesos de alfabetización respetando las diversidades multiétnicas, multilingües y multiculturales. Además, proponemos una educación pública, gratuita, de calidad e inclusiva en todos sus niveles comenzando por el preescolar hasta el universitario.

Equipo de Coordinación Internacional - Federación de Partidos Humanistas.

08-09-2023