La ultra derecha de Holanda llega al poder del senado asumiendo formas de intolerancia como bandera de lucha.

La ultra derecha de Holanda llega al poder del senado asumiendo formas de intolerancia como bandera de lucha.

25 de marzo de 2019

El pasado 21 de marzo de 2019, ganó las elecciones regionales holandesas, Thierry Baudet, líder del partido euroescéptico Foro para la democracia, desplazando al xenófobo Geert Wilders.

Baudet es conocido por sus declaraciones sexistas, anti migratorias, eurófobas, antifeministas y, en estos últimos meses, por su rechazo a la existencia del cambio climático y sus consecuencias. En uno de sus libros, Baudet describe como la unificación europea y el multiculturalismo han debilitado al estado nación y augura el fin de la UE.

Si bien su partido es prácticamente nuevo, viene en ascenso y ha ganado estas elecciones con estas tres simples propuestas: cerrar las fronteras, frenar la inmigración y proteger los valores autóctonos. Y además propugna: democracia directa a base de referéndum y formar un gobierno con expertos apolíticos.

La situación política y social por la que estamos transitando en todo el planeta, si bien, es difícil de comprender, es necesario hacer el esfuerzo. Ya Silo en su décima “Carta a mis amigos”, nos explicaba todo este fenómeno de la desestructuración.

Y esto nos decía en cuanto a la desestructuración política.

“queda claro que los partidos se alternarán ocupando el ya reducido poder estatal, resurgiendo como derechas, centros e izquierdas. Ya ocurren y ocurrirán muchas sorpresas al comprobarse que fuerzas dadas como desaparecidas emergen nuevamente y que agrupaciones y alineamientos entronizados desde décadas atrás se disuelven en medio del descrédito general.”

Esto explica como una nueva extrema derecha desplaza a una antigua extrema derecha, donde la única y poca diferencia que hay entre estos bandos es que el primero quiere eliminar los lugares de culto del islam en Holanda y el segundo quiere lo mismo, pero no por el islam en sí mismo, sino porque es tradición en Holanda que los lugares de cultos sean de gran dimensión y no como los lugares pequeños que hoy tiene el islam en ese país.

Y como siguiendo la tendencia a la que ya nos estamos acostumbrando surgen en toda Europa, en América y en Sudamérica expresiones políticas de índole irracional, que arremeten con todos los valores humanistas.

Pero no parece que esto se vaya a arreglar mecánicamente, ni tampoco por la acción de algún gobierno o partido en particular, sino más bien, como diría Silo en su décima carta la solución viene por otro lado.

“Por todo lo anterior parece claro que nadie podrá orientar razonablemente los procesos de un mundo que se disuelve. Esta disolución es trágica pero también alumbra el nacimiento de una nueva civilización, la civilización mundial. Si esto es así, también se ha de estar desintegrando un tipo de mentalidad colectiva al tiempo que emerge una nueva forma de concientizar el mundo.”

Una vez más el Partido Humanista Internacional, advierte sobre el avance de los partidos de extrema derecha en el mundo y vuelve a levantar las banderas que orientan su lucha, junto a otras organizaciones que tienen en común una pasión por la justicia social, un ideal de hermandad humana en base a la convergencia de la diversidad, una disposición a saltar sobre todo prejuicio, una personalidad coherente en que la vida personal no está separada de la lucha por un nuevo mundo.

                                                                                                                                                                                                                                                                 Partido Humanista Internacional.